Antiguamente, el papel de marketing estaba enfocado solamente en crear comunicaciones y campañas que promovían productos y servicios en medios tradicionales como televisión, radio, periódicos, etc. El poder de la palabra estaba, en gran medida, vinculado a las marcas y la respuesta del consumidor tardaba en surtir efecto.
Con la internet, esta realidad se transformó y la forma de realizar negocios también. El modelo tradicional de acciones de marketing necesitó pasar por grandes adaptaciones.
Hoy vivimos una época en la cual el uso de tecnología está enraizado en el día a día de la sociedad. La internet afecta profundamente los hábitos de los consumidores que buscan más agilidad, facilidad y, principalmente, personalización. Cada una de sus interacciones producen una enorme cantidad de datos y señales, que generan insights sobre el lenguaje del usuario, el dispositivo de acceso, el momento del día y el historial de interacción con Apps, entre otros, que deben mapearse y utilizarse para crear perfiles ricos en información.
En la medida que aumentan las expectativas de los consumidores por experiencias más personalizadas, relevantes y asistidas, machine learning – o aprendizaje de máquina – se convierte en una herramienta valiosa para atender esas demandas. Su uso ya es una realidad en la rutina de los profesionales de marketing, pues casi ningún medio o herramienta existe sin inteligencia de máquina. Esas herramientas permiten entender el comportamiento del consumidor, crear segmentaciones más inteligentes y ofrecer creaciones más relevantes, que se entregan de forma más eficiente a un público propenso a realizar la acción deseada.
Este ecosistema impulsó la inteligencia digital y las áreas de Marketing y Nuevos Negocios se han beneficiado de este escenario. La inteligencia artificial, que antes era tema de narrativas de ficción, es una realidad en nuestras rutinas, permitiendo que máquinas aprendan con los datos y simulen el comportamiento humano.