Hace algunos años, cuando la internet todavía era vista como novedad y el e-commerce estaba dando sus primeros pasos, no se creía que nuevos minoristas surgidos en la web pudieran hacerle frente a los gigantes minoristas. Pero en el proceso de modernización, los medios de comunicación modificaron nuestras relaciones interpersonales, nuestras necesidades y la forma como compramos.
De acuerdo con datos de Sebrae, el sector de e-commerce en Brasil empezó su crecimiento acelerado entre los años 2001 y 2015. Solo en ese periodo, se realizaron aproximadamente 106,2 millones de pedidos en tiendas virtuales por aproximadamente 40 millones de consumidores.
Cuando hablamos de datos aún más actuales, esos números son aún más expresivos: el 2018 el e-commerce brasileño creció el 12%, facturó 53,2 mil millones y movió 123 millones de pedidos. Para el 2019, la previsión es que hasta el final del año haya una expansión del 15% en el mercado, con ventas totales de R$61,2 mil millones. En el escenario internacional, Brasil ya está posicionado en 10º lugar, como uno de los más grandes mercados de e-commerce del mundo.
Esos datos reflejan cuánto la internet y la tecnología ya forman parte del día a día de muchas personas. Actualmente, el uso de internet es rutina para casi el 70% de la población brasileña y el acceso en masa a cualquier tipo de información y contenido que nos estimulan en cada momento, como imágenes, videos y podcasts, creció.
Las redes sociales también tienen un gran papel en ese escenario. Principal medio de comunicación entre marcas y usuarios, son el segundo mayor motivador de compras. De acuerdo con informaciones de Ebit Nielsen, las redes sociales pierden solamente para sitios de búsquedas como principal incentivo de adquisición de productos y/o servicios. Además, el 80% de los consumidores que compran por indicaciones de redes sociales se quedaron satisfechos respecto al precio y también fueron los que más elogiaron la compra.
Es importante recordar que, más que cambiar la forma como nos relacionamos, la tecnología y la internet han revolucionado el comportamiento de compra. Elconsumidor actual se familiarizó con la internet, realiza diversas consultas en ambiente online y offline antes de realizar una compra, toma en cuenta la opinión de personas desconocidas y está cada vez más exigente. Online y offline se hicieron complementarios y definir como cada canal puede coexistir, sin sobreponer sus propuestas de valor, es fundamental para las marcas.
Un e-commerce necesita ofrecer velocidad, inteligencia comercial y capacidad de ejecución a sus clientes. Cuanto mayor el conocimiento sobre el perfil de los usuarios, mayor es la probabilidad de conversión de venta. Es necesario considerar todas las etapas del negocio, desde el desarrollo de estrategias de producción, comunicación y ventas, hasta la entrega de los productos al consumidor.
Ya sea usted un minorista, fabricante o inversionista del mercado, el e-commerce debe ser ítem en las definiciones de estrategias para su empresa.