Estamos en el 2019 y en este momento sabemos que usted, ejecutivo, se basa en datos para la toma de decisión. Usted debe analizar indicadores como DRE, ventas netas, número de clientes retenidos, transporte mensual del sitio, entre otros. Todos esos datos tienen algo en común: son datos retroactivos, obtenidos en ese día, en aquella semana, mes, año…
El escenario de fuerte competitividad ha presionado las empresas para que la planificación y las decisiones sean extremamente precisas. No hay margen para errores, pues una estrategia mal elaborada puede presentar impactos negativos – a veces irreversibles – para los resultados y para las marcas.
Además, las tecnologías revolucionaron la jornada del consumidor, que aunque todavía cuente con las mismas etapas del embudo de conversión (descubrimiento, interés, consideración y finalmente adquisición) hoy ya no son tan lineales, pero a causa de que son cada vez más digitales, dejan rastros de datos que pueden, y deben, ser medibles.
Estas circunstancias impulsaron la cultura data-driven de muchas organizaciones, evolucionando los análisis de indicadores del pasado a un seguimiento real-time de datos. Un estudio realizado el 2018 por Harvard Business Review con 560 ejecutivos de los 5 continentes presentó insights interesantes sobre el escenario:
- El 70% de las empresas invirtieron en soluciones dirigidas al análisis en tiempo real de datos de consumidores;
- El 60% de las empresas utilizan esos análisis de clientes para proporcionar mejores experiencias en los diferentes puntos de contacto, independiente del dispositivo utilizado;
- El 58% observó aumento de la retención y de la lealtad de clientes como resultado del uso del análisis real-time;
- El 44% conquistó nuevos clientes y aumentó los ingresos después de la adopción de los análisis.
Esos números demuestran que hay comprensión por parte de las empresas que la evolución de los análisis de datos retroactivos al modelo real-time es una tendencia que ha ganado espacio por su importancia en la toma de decisión y en el impacto sobre los resultados de los negocios.